Revista
Las facturas de la luz y el gas, sumadas a los efectos de la inflación, el aumento del coste de las materias primas, la debilidad del euro, el incremento de los costes financieros, y, sobre todo, la falta de medidas reales de apoyo, no solo de imagen, como hasta ahora, a las empresas y, fundamentalmente a la industria, por parte del Gobierno, están provocando un escenario de incertidumbre que está abocando a la pérdida de rentabilidad, de competitividad y de futuro para gran parte de las empresas industriales de España, lo que nos acabará obligando al cierre parcial o total de las cadenas productivas, provocando una paralización de la iniciativa y de la actividad que nos costará muchos años recuperar.
Entre nuestros asociados, empresas del sector del metal, se encuentran muchas industrias electro y gasintensivas, que están viendo cómo sus costes se multiplican de una forma que era imposible de prever y, por tanto, estos incrementos no están reflejados en ningún presupuesto, lo que está ocasionando grandes dificultades para el funcionamiento de las empresas.
Los clientes están desviando estos pedidos a otras zonas geográficas en las que sí están manteniendo su competitividad gracias a las ayudas directas que están recibiendo de sus respectivos gobiernos. Como ejemplo podemos fijarnos en países como Alemania o Italia.
Desde la Asociación de Empresas del Metal de Madrid, hemos sido testigos de cómo las empresas del sector han implantado todo tipo de soluciones para mejorar su eficiencia energética: desde la instalación de placas solares hasta la actualización del alumbrado más eficiente, la mejora del aislamiento de las instalaciones, realización de ajustes en la temperatura de las mismas, formación a los trabajadores para promover una mayor eficiencia, etc. Sin embargo, nada de esto es suficiente para paliar unos costes que se multiplican mes a mes.
Y a toda esta problemática hay que añadir las ‘soluciones’ o ‘medidas cosméticas’ que se están planteando desde el Gobierno central y que no hacen más que aumentar nuestros costes. Me refiero a las medidas de ahorro y eficiencia energética recogidas en el art. 29 del Real Decreto Ley 14/2022 publicado el pasado 2 de agosto y que afectan de forma muy negativa al sector del metal, que ha sido obligado a adaptar, en un corto espacio de tiempo, la climatización de sus locales y oficinas, instalar sistemas de cierre de sus puertas de acceso al exterior, instalar carteles o pantallas informativas sobre su climatización y adelantar, en muchos casos, las inspecciones de eficiencia energética hasta dos años. Y todas estas adaptaciones hemos debido hacerlas para un periodo (a priori) muy corto de tiempo, hasta noviembre de 2023. Todo ello con el importante perjuicio económico que supone para un sector que está siendo maltratado y que se encuentra en un momento de máxima incertidumbre y dificultades económicas.
Desde la industria, afrontamos los próximos meses con una clara inseguridad ya que, si prosigue la escalada de precios, todas las medidas de contención y de ahorro energético puestas en marcha irán a más y muchas plantas no tendrán más remedio que cerrar definitivamente.
Desde AECIM, como patronal de la industria del metal de Madrid, demandamos al Gobierno que implante medidas que ayuden a las empresas a continuar con su producción, ya que la crisis energética terminará causando la pérdida de miles de puestos de trabajo porque, de seguir como hasta ahora, inevitablemente iremos a paradas de producción y cierre de plantas (como ya ha sucedido en varias empresas) y eso llevará a una importante reducción del Producto Interior Bruto, así como a una gran pérdida de competitividad de nuestra industria.
Como Asociación de Empresas del Metal de Madrid, pedimos y exigimos al Gobierno que actúe de forma rápida y eficaz para contener esta situación que ya es insostenible para nuestra industria. No queremos más créditos blandos que lo único que consiguen es endeudar a las empresas e incrementar sus costes financieros, más aún en un momento como el actual en el que los tipos de interés han subido en todo el territorio europeo.
Pedimos ayudas directas a las empresas que les ayuden a continuar con su actividad para seguir generando riqueza, puestos de trabajo y contribuir a que la industria española continúe siendo competitiva.
La política energética es clave para asegurar la competitividad de las empresas industriales y, por ello, desde nuestra asociación también queremos pedir al Gobierno que cuente con nosotros y con otras asociaciones del sector a la hora de implantar medidas encaminadas al ahorro energético, la reducción de costes, ayudas directas e indirectas, compensaciones por los costes de emisión de CO2, etc. Consideramos que la política energética debe estar totalmente alineada con las necesidades industriales y poner su foco en la competitividad industrial, la sostenibilidad y en la protección medioambiental. Y para que todo funcione correctamente, es completamente necesario que todas las partes implicadas estemos presentes en las mesas de negociación para transmitir nuestras necesidades y la realidad de nuestros sectores, ya que desde los despachos las cosas siempre se ven de otra manera.
Si el Gobierno no interviene ahora, esta crisis será totalmente insostenible para las empresas. Desde AECIM, tendemos nuestra mano para colaborar y establecer medidas coherentes que nos ayuden a salir de una situación que, de seguir así, nos llevará a una situación de empobrecimiento social y de pérdida del sector industrial, que tan necesario es en una economía de primer nivel como es la española, pues aporta un muy importante papel en el I+D+i tan necesario para garantizar un empleo estable, de calidad y cualificado.