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La importancia de los componentes funcionales de plástico en el mundo industrial aumenta constantemente. Este material ofrece muchas posibilidades que los metales no ofrecen, o al menos no en la misma medida. Tanto si se utilizan en los cojinetes como en las cadenas portacables, los polímeros de igus ofrecen una vida útil larga y calculable, además de las características generales de los plásticos y el hecho de que estén optimizados para la fricción.
Independientemente de su durabilidad, en algún momento todas las cadenas portacables alcanzan el fin de su vida útil. En el mejor de los casos, estas se desechan junto con otros residuos industriales. El reciclaje convencional, que consiste en la clasificación de los diferentes materiales, requiere mucho tiempo y es costoso, por lo que hay pocas posibilidades de que se puedan producir gránulos reutilizables. Por lo tanto, los plásticos utilizados en la industria muy a menudo no tienen una huella ecológica mejor que los plásticos de consumo doméstico.
Mediante el programa de reciclaje ‘Chainge’, los clientes pueden enviar sus cadenas portacables en lugar de reciclarlas con otros residuos industriales. Recogen las cadenas portacables viejas con el objetivo de maximizar el reciclaje, ya sea en su propia producción o recurriendo a una empresa encargada del reciclaje, que puede reutilizar el material. Separan el material in situ y trituran todo lo que puedan utilizar para la producción en regranulado.
“Todo lo que hacemos por nuestro entorno, es capital bien invertido. Especialmente en el ámbito del reciclaje, podemos ahorrar recursos. El proceso de devolución fue sencillo y directo”, ha señalado Helmut Rath, director de ingeniería de control de IBG Automation sobre el programa de reciclaje de igus.