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De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, la producción mundial de metales básicos ralentizará su crecimiento hasta el 2,2% en 2024 debido al descenso de producción en China y la India. En la eurozona, la aseguradora de crédito prevé que la producción de metales básicos se contraiga un -0,5% en el conjunto del año debido a la fragilidad del crecimiento económico, los elevados tipos de interés, la debilidad de la demanda exterior y la recesión industrial. A pesar del descenso de los precios del gas, la metalurgia y siderurgia de la eurozona se enfrenta a una desventaja competitiva estructural frente a otros países en términos de costes energéticos.
De acuerdo con el informe, en los mercados avanzados la producción debería repuntar lentamente a partir del segundo semestre si se confirma la recuperación gradual de la demanda industrial y la disminución de las presiones sobre los costes. En ese contexto, el informe prevé que la producción metalúrgica en los mercados avanzados alcance un crecimiento del 4,4% en 2025 (un 3,4% en Europa). El sector debería beneficiarse de los cambios previstos en las políticas monetarias y del fin de ciclo de reducción de existencias. A escala mundial, el crecimiento en 2025 se estancará en el 2,1% debido a la ralentización china.
Entre las fortalezas del sector en el medio plazo se encuentra el crecimiento de la demanda de metales y aceros ecológicos, sobre todo por parte de la industria automovilística y los fabricantes de turbinas eólicas. Esto implica que los productores ecológicos pueden obtener una ventaja competitiva sobre los fabricantes que son más lentos en la transición. Otro factor de dinamismo se encuentra en la creciente urbanización de los mercados emergentes, lo que se traduce en una mayor demanda de sus empresas constructoras para acometer nuevas viviendas o mejoras de infraestructuras.
Entre los principales riesgos al desempeño del sector se encuentra la transición a las energías limpias, que supondrá una elevada intensidad de capital y un incremento de los costes. Especialmente las pequeñas y medianas empresas podrían tener mayores dificultades para obtener financiación y repercutir los costes en sus clientes finales. Otros riesgos latentes están relacionados con el exceso de capacidad y la seguridad del suministro. Históricamente, el sector siderúrgico se ha considerado vital para los intereses nacionales, por lo que se ha fomentado y protegido la producción nacional. En el contexto de la globalización se registra un exceso claro de capacidad, del que China es el mayor contribuyente, pero también nuevos desafíos para asegurar la cadena de valor y evitar déficits de abastecimiento.
A medio plazo, el desempeño global de la metalurgia dependerá en gran medida de la capacidad china de reorientar su economía. Otro factor relevante será el impacto de los aranceles sobre el carbono. El énfasis en la reducción de las emisiones podría ayudar a apuntalar la producción en regiones menos rentables, como Europa Occidental. La demanda de metales como el cobre y el aluminio, impulsada por la sostenibilidad, debería elevar los precios de venta y márgenes en este segmento.