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Un proyecto de I+D+i puesto en marcha por un consorcio de 17 socios de siete países y financiado con casi 10 millones de euros por la Comisión Europea, ha permitido probar con éxito diversas tecnologías para la recuperación de materias primas críticas contenidas en las baterías de vehículos eléctricos. Además, este proyecto, denominado Batraw, ha diseñado un modelo de pasaporte digital, requisito con el que deberán contar las baterías de los vehículos eléctricos comercializados a partir de 2026 en la Unión Europea, para garantizar su trazabilidad desde su producción hasta su reciclaje.
En concreto, en sus primeros 19 meses de desarrollo, Batraw ha demostrado la eficacia de una tecnología que permite desactivar estas baterías, incluidas las dañadas, independientemente de su estado de carga. Lo novedoso de este método, fruto de la colaboración entre la Comisión Francesa de Energías Alternativas y Energía Atómica (CEA) y la empresa gala Orano, es su aplicación a las baterías dañadas frente a la descarga eléctrica convencional, difícil de aplicar a éstas últimas.
Asimismo, el proyecto ha probado con éxito diversos procesos para mejorar la separación de los materiales contenidos en la denominada masa negra (sustancia compuesta por metales no ferrosos resultante de la trituración de las baterías), y recuperar metales como grafito, aluminio y cobre, con una selectividad del 90 al 98%.
En este sentido, cabe destacar, también resultado de la colaboración entre CEA y Orano, la combinación de procesos físicos y químicos para separar eficazmente el grafito del material activo contenido en la masa negra. A esta se suma la experimentación de un nuevo método de lixiviación (extracción de una sustancia de un material sólido, después de haber estado en contacto con un líquido) de esta masa negra que reduciría notablemente los costes asociados a las fases de separación posteriores a esta etapa de tratamiento.
Por su parte, la entidad de investigación alemana Fraunhofer ha logrado producir hasta 80 kilos de masa negra con una pureza de aproximadamente el 95%, a partir de la trituración de baterías domésticas, también objeto de estudio de este proyecto.
Con una duración de cuatro años, Batraw se enfoca además en la investigación de la optimización de la trazabilidad y la reutilización de las baterías de vehículo eléctrico, conforme a las obligaciones del nuevo Reglamento comunitario relativo a las pilas y baterías y sus residuos, vigente desde el pasado agosto. Así, en materia de trazabilidad, el pasaporte digital desarrollado en el marco del proyecto consiste en un código QR que proporciona, de una forma visual y accesible, información técnica sobre la batería, tanto datos estáticos como el modelo y el fabricante, como dinámicos, entre ellos su uso a lo largo de todo su ciclo de vida, incluidas reparaciones, mantenimiento o reciclaje. Almacenado en el blockchain del socio Minespider, el diseño de pasaporte digital de esta empresa alemana persigue adaptarse a la amplia variedad de modelos de baterías disponibles en el mercado.
Asimismo, cabe destacar el diseño por parte de la española BeePlanet de un primer prototipo de batería a partir de celdas y módulos reutilizados y que cumple las características técnicas de calidad y seguridad exigidos para la reutilización de baterías de litio.
Por su parte, el equipo de coordinación del proyecto liderado por Leitat Technological Center, afirma: “Estamos muy satisfechos de los avances tan extraordinarios en materia de innovación que hemos obtenido en los primeros 19 meses de vida del proyecto. El éxito de las primeras pruebas para recuperar las materias primas críticas de las baterías de vehículos eléctricos, sumado a la probada eficacia de una tecnología que permite desactivar estas baterías, son avances emblemáticos para el sector. Estos resultados nos permiten ser muy optimistas de cara a nuestra contribución final a la minería circular que exigen las energías limpias del siglo XXI y entre las que la movilidad sostenible desempeña un papel crucial”.