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Crédito y Caución prevé que la producción mundial de metales básicos aumente un 3,6% en 2023, favorecida por la reapertura de la economía china y el descenso de los precios de la energía. Sin embargo, es poco probable que este impulso se mantenga en 2024. El debilitamiento de la economía global y el endurecimiento de las condiciones crediticias tendrán un efecto moderador sobre la demanda y los precios de los metales y el acero. Se espera que la producción crezca menos de un 1% el próximo año, ya que la demanda de la construcción y las infraestructuras chinas, factores críticos para la demanda mundial de acero y la evolución de los precios, sigue siendo moderada.
En la zona euro, Crédito y Caución prevé que la producción de metales básicos se contraiga en 2023 y 2024, un -2,9% y un -0,5% respectivamente. Aunque el sector debería beneficiarse de la inversión pública, la restricción del crédito está lastrando la demanda de las industrias compradoras clave.
Los precios de la energía siguen siendo altos en comparación con los niveles históricos, y cabe esperar que repunte el crecimiento durante el invierno, aunque en mucha menor medida que el ejercicio pasado. Esto, unido al aumento de los costes de la mano de obra y los materiales, afectará a los márgenes empresariales del sector en todo el mundo. La creciente urbanización está impulsando la demanda de nuevas viviendas y proyectos de mejora de infraestructuras. Esto se traduce en una mayor demanda de metales por parte de las constructoras de los mercados emergentes.
Sin embargo, a nivel global el sector adolece de un exceso de capacidad. Históricamente, la industria siderúrgica se ha considerado vital para los intereses nacionales, por lo que se ha fomentado y protegido la producción nacional. La creciente globalización ha provocado un exceso de capacidad y la consolidación ha sido lenta. China es el mayor contribuyente a ese exceso de capacidad y solo recientemente ha empezado a reducirlo. Asegurar y desarrollar cadenas de suministro sostenibles puede ser un reto, especialmente para la minería, el transporte y el procesamiento de materiales. Esto podría provocar déficits de abastecimiento y materias primas para los productores de metales y acero.
A medio plazo, el desempeño de la metalurgia y la siderurgia dependerá de la reorientación del crecimiento chino y de la capacidad de los aranceles sobre el carbono para apoyar una producción más ecológica. El énfasis en la reducción de las emisiones podría ayudar a apuntalar la producción en regiones menos rentables, como Europa Occidental. La demanda de metales y aceros ecológicos está creciendo, sobre todo por parte de los fabricantes de vehículos eléctricos en sus estrategias de descarbonización. El aumento de la demanda de metales y aceros ecológicos por parte de la industria automovilística y también de subsectores como la producción de turbinas eólicas, implica ventajas competitivas para los productores capaces de realizar esa transición. Sin embargo, la transición a una producción más ecológica conlleva elevadas necesidades de capital que pueden verse agravadas por las dificultades para obtener financiación, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas. Muchas podrían tener dificultades para repercutir los costes más elevados a los clientes.