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La factura eléctrica de los clientes industriales está formada por los costes de adquisición de la energía, que incluye la energía en el mercado mayorista y costes añadidos al precio del mercado, así como por los peajes de acceso a las redes eléctricas, cargos e impuestos. Adicionalmente, el consumidor electrointensivo europeo obtiene distintas compensaciones por su contribución al sistema eléctrico y por la compensación de las emisiones indirectas de CO2.
Con respecto a la presente actualización del Barómetro de Aege correspondiente a noviembre de 2024, la factura por el consumo de energía eléctrica para un electrointensivo en España es 2,9 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el coste en Alemania, o lo que es lo mismo, un 188% más caro que en Francia, y un 78% más caro que en Alemania.
Es de destacar que la gran industria de Francia adquiere un 62% de su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos a través de la tarifa ARENH, a 42 €/MWh.
Los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 12 €/MWh.
Las compensaciones por CO2 indirecto que obtienen las industrias electrointensivas en Francia o Alemania son sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional, que están limitadas por la indisponibilidad presupuestaria. Concretamente, en Francia acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 10 €/MWh, mientras que en Alemania son 33 €/MWh superiores.