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Unesid considera que el acuerdo alcanzado por el Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea (UE) es un primer paso en la necesaria reforma del mercado eléctrico, que necesita concretarse en la negociación del Consejo con el Parlamento Europeo.
“Se trata de un primer avance sustancial dentro de la Presidencia española, y, por tanto, corresponde felicitar a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y a su equipo, por haberlo conseguido”, asegura Unesid.
Unesid explica que, una vez alcanzado el texto final, es necesario que el Gobierno de España tenga la determinación política de asegurar un precio competitivo, estable y predecible a los consumidores industriales, porque sin clientes no será posible la generalización de las energías renovables por las que apuesta el documento.
En relación con los detalles del acuerdo, todavía pendientes de la última negociación, Unesid señala que, pese a los intentos del Gobierno español y de otros países, se “santifica” el sistema de fijación de precios en el mercado “spot” (el mercado diario), de tal forma que toda la electricidad (de cualquier origen) que se negocie en ese mercado, se pagará al precio de la más cara (habitualmente la generada con gas natural). “Por tanto, si no se establecen mecanismos que fomenten de manera efectiva los contratos bilaterales, la industria se verá obligada a pagar una parte significativa de su electricidad al ritmo del precio del gas natural. Y será muy difícil que cualquier ofertante de electricidad no mire de reojo en sus ofertas el precio del mercado “spot” marcado por el gas”, afirma Unesid.
Por último, sobre los contratos por diferencias, Unesid sostiene que permitirá a los diferentes estados asegurar precios a los consumidores finales, y otorgará una importante garantía a los productores de electricidad. En este sentido, Unesid duda de “si el acuerdo consagra el trato del Gobierno francés a su industria o los planes del Gobierno alemán para dopar a la suya, mientras que otros países con menor presupuesto o voluntad política pueden dejar a su industria injustamente en clara situación de inferioridad”.