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El sector de la construcción es, con mucho, el mayor generador de residuos en la Unión Europea (unos 870 millones de toneladas en 2017), y responsable del 30 al 40% de la generación total de residuos de los países industrializados. A pesar del gran volumen de residuos de construcción y demolición generados, su tasa de reciclaje varía enormemente entre países. Mientras unos, como Países Bajos, Irlanda y Hungría notifican tasas de recuperación de entre el 99 y el 100 % en 2017-2018, la cifra en otros oscila entre el 0 y el 69%. En todos los casos, la mayoría del material recuperado se emplea en aplicaciones de menor calidad, fundamentalmente, relleno en la construcción de carreteras, cimientos o terraplenes de edificios, o acaba en el vertedero. Por ello, el material recuperado no sustituye ni reduce de forma significativa el uso de materias primas en los procesos de producción, entorpeciendo una economía circular eficaz.
En palabras de Juan Carlos Hernández Parrodi, Jefe de proyecto sénior de I+D en STADLER: "Esta forma de actuar supone desaprovechar un potencial enorme. Por lo general, los residuos de construcción y demolición contienen hormigón, madera, metales, vidrio, restos de mampostería, piedra, tierra, arena, yeso, pladur, alquitrán, plástico, aislante, papel, cartón y elementos de construcción recuperados. Son escasos los materiales que no pueden reciclarse. El potencial de reciclaje de estos residuos puede ser superior al 90%".
El material recuperado de los residuos de construcción y demolición puede reutilizarse en distintas aplicaciones. Por ejemplo, actualmente menos del 5% de agregados recuperados se utiliza en la producción de hormigón nuevo. Sin embargo, los agregados recuperados son adecuados para sustituir entre el 10 y el 20% de agregados vírgenes de muchas aplicaciones de hormigón, que se emplean como lecho de tuberías o en la construcción de hormigón en bloques. "De hecho, estudios anteriores han concluido que, si se procesan de forma adecuada y se eliminan de ellos la humedad y las impurezas, en determinados casos, los agregados recuperados pueden hasta ofrecer ventajas sobre las materias primas, como una mayor resistencia a la compresión y una gama más amplia de aplicaciones en el sector de la construcción", explica Hernández Parrodi.