Revista
Plastics Europe ha publicado la nueva edición de su informe bienal ‘The Circular Economy for Plastics’. Esta nueva versión ofrece un análisis de la producción, transformación y gestión de residuos plásticos en Europa. Además, por primera vez, incluye, datos sobre la producción y transformación de plásticos circulares (provenientes del reciclado y de la biomasa), el consumo de plásticos por usuarios finales y el tratamiento de residuos por sectores.
La principal conclusión del estudio es que el uso de plásticos circulares ha alcanzado el 13,5%. Un dato que indica que el ecosistema europeo de los plásticos se encuentra a medio camino de la ambición de circularidad establecida para 2030 en nuestra hoja de ruta ‘The Plastics Transition’.
Sin embargo, los datos también destacan retos sustanciales que están socavando el progreso de nuestro sector, como el incremento de las tasas de incineración con recuperación energética (+15% desde 2018) o que el 25% de los residuos plásticos aún acaba en vertedero, lo que reduce la disponibilidad de residuos como materia prima.
El estudio revela que el 26,9% de los residuos plásticos europeos se recicla en la actualidad, lo que significa que, por primera vez, se reciclan más residuos plásticos de los que se depositan en vertedero; un hito importante en el camino hacia la circularidad de los plásticos. Sin embargo, para satisfacer la creciente demanda de plásticos fabricados a partir de materias primas circulares, hay que incrementar considerablemente la recogida y clasificación de residuos plásticos a la vez que aumentar la disponibilidad de biomasa y promover tecnologías innovadoras de reciclado químico y captura de carbono.
Las cifras europeas también ponen de relieve que el contenido en plástico reciclado en nuevos productos no es uniforme. La mayor demanda procede de los sectores del envase y embalaje, la construcción y la agricultura, mientras que otros, como la automoción y el sector eléctrico y electrónico, se están quedando rezagados.
En lo relativo a la producción de materias primas plásticas, el análisis muestra una pérdida de competitividad de Europa cuya cuota de mercado en la producción mundial ha caído del 22% en 2006 al 14% en 2022. De seguir así, Europa dependerá cada vez más de importaciones y su capacidad para invertir en circularidad y apoyar la transición de otros muchos sectores que dependen de la cadena de valor de los plásticos, se verá mermada.
En cuanto a España, a pesar de un contexto económico complejo, los principales resultados del informe muestran unos avances positivos que posicionan a nuestro país entre los líderes europeos en materia de circularidad.
En 2022, la producción de materias primas plásticas registró un descenso notable (-12.2%), una tendencia que parece mantenerse. El dato positivo es que la proporción de plásticos circulares en la producción total alcanzó un 21,7%, por encima de la media europea (19,7%), situando a España entre los países líderes en producción de plásticos no-fósiles.
En lo relativo al uso de plásticos reciclados en nuevos productos, España se posiciona como líder europeo con un índice de contenido en reciclado del 22.3%, casi el doble del dato europeo (12.6%).
En el ámbito de la recogida y tratamiento de residuos, el informe también arroja buenos resultados: por primera vez, la recogida selectiva de residuos plásticos superó la recogida mixta. Considerando que los residuos provenientes de recogida selectiva se reciclan 8 veces más en comparación con los flujos de recogida mixta, el impulso de nuevas inversiones en recogida y separación de residuos es un factor clave para alcanzar mayores cotas de circularidad.
La mejora en la recogida ha favorecido que la cantidad de residuos plásticos reciclados haya aumentado hasta alcanzar más de un 1 millón de toneladas. Con una tasa de reciclaje total del 38%, España se sitúa en el segundo puesto en Europa. Por sectores, cabe destacar el 50% de tasa de reciclaje para los residuos de envases plásticos (4º puesto europeo), el 49% para los residuos plásticos del sector de la agricultura (2º puesto), y el 40% para los residuos plásticos en la construcción (1º puesto).
Sin embargo, los altos niveles de depósito en vertedero, con una tasa muy por encima de la media europea (39% frente a 25%), indican que ésta sigue siendo una asignatura pendiente para España. Este dato, junto con el aumento de la incineración con recuperación energética, evidencia que aún se están desperdiciando valiosos recursos esenciales para la transición del sector.
Aunque las cifras de 2022 muestran que el cambio hacia la circularidad está claramente en marcha y se está intensificando, aún quedan muchos interrogantes.
En primer lugar, la erosión de la competitividad de la industria europea de los plásticos, principalmente en relación con EE. UU. y China, exige medidas urgentes para preservar sus activos industriales y su capacidad de acometer las inversiones necesarias para su transición.
La aceptación de la metodología del balance de masas para el reciclado químico, un mayor acceso a la biomasa y a los residuos potencialmente reciclables, así como la definición de unos objetivos obligatorios de contenido de plásticos circulares que impulsen nuevos mercados, son algunos de los elementos que podrían estimular las inversiones para seguir avanzando en la transición del sector. Sin su adopción, el ecosistema de los plásticos será incapaz de cumplir los ambiciosos objetivos de circularidad y neutralidad climática de la UE.
En definitiva, el sector necesita marcos regulatorios coherentes y armonizados, tanto en Europa como a nivel nacional, con plazos de implementación suficientes que posibiliten una transición justa de la industria.
A la luz de estos resultados, Alicia Martín, directora general de Plastics Europe en la región ibérica, ha declarado: “el ecosistema de los plásticos está acelerando su transición circular. Para seguir progresando necesitamos políticas que respeten la neutralidad tecnológica y de materiales y que se basen en la evidencia científica, en lugar de medidas discriminatorias. La industria española lleva años invirtiendo para sentar las bases de esta transición. Nos queda camino por hacer, por ello continuaremos intensificando la colaboración entre los diferentes agentes de nuestro ecosistema para, juntos, desarrollar las soluciones que nos lleven a una industria circular y con cero emisiones netas”.