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El sector industrial está experimentando numerosos avances que está permitiendo a los principales fabricantes, como los de máquinas o los de aparamenta, poder ser más autónomos y poder tomar sus propias decisiones. Entre ellas, destaca el hecho de que ahora tienen más libertad de elección en lo que respecta a la tecnología de conexión. En este sentido, existe una clara tendencia hacia un mayor uso de los terminales Push-in, posicionándose como la innovación más adecuada para optimizar el tiempo en las industrias. La tecnología Push-in ofrece a los fabricantes de maquinaria y a los integradores de sistemas una serie de ventajas, la más importante de las cuales es la simplificación del montaje manual, además de ahorro de tiempo y costes y la manipulación sin herramientas. Como son capaces de ofrecer numerosos beneficios en todas las fases del ciclo de vida de la aparamenta, no sería de extrañar que, en un futuro no muy lejano, acaben sustituyendo a los terminales de resorte, además de ganar una mayor cuota de mercado a los terminales de tornillo.
Los terminales Push-in son la única tecnología de conexión que permite un montaje sin herramientas, siempre que se utilicen conductores rígidos o que los extremos de los cables hayan sido tratados ya sea con puntera o soldados. Esta es una de las grandes diferencias en comparación con los terminales de tornillo y de resorte, donde sí se necesitan herramientas o donde el montaje requiere de más complejidad. Con la tecnología Push-in, el conductor puede introducirse directamente en el terminal sin necesidad de herramientas, lo que significa que puede conectarse con una sola mano.
Desde Eaton, realizamos una prueba junto a Hanseatic Power Solutions (HPS), para demostrar la productividad que puede llegar a ofrecer estos terminales durante el proceso de cableado. Tras registrar y promediar el tiempo necesario para conectar los cables en diez contactores, cada uno con terminales de tornillo, terminales de resorte y terminales Push-in, se llegó a la conclusión de que la tecnología Push-in reveló un ahorro de tiempo del 50% en comparación a las conexiones de tornillo, y un 40% en comparación con el terminal de resorte. Uno de los factores que no debemos dejar a un lado es la importancia que tiene el proceso de transporte del armario de control para su entrega al cliente. Durante este tramo se pueden producir golpes y vibraciones, que, en el caso de las conexiones de tornillos, se requiere volver a apretar las conexiones, lo que conlleva un importante factor de coste y tiempo en la puesta en marcha. En el caso de los terminales Push-in, son capaces de soportar fuerzas de extracción considerables y son muy resistentes a los golpes y vibraciones. De hecho, el laboratorio I²PS evaluó el comportamiento de las distintas tecnologías de conexión de Eaton cuando se someten a vibraciones, y reveló que la fuerza de los terminales Push-in garantiza la seguridad de las conexiones a largo plazo, sin necesidad de comprobar o restablecer la conexión posteriormente. I²PS también probó la fiabilidad de la conexión eléctrica a través de la exposición del terminal a la niebla salina durante varios días. Los resultados reflejaron que, incluso este entorno tan extremadamente crítico, no provocó ningún cambio significativo en la resistencia de contacto. Además, otra de las pruebas del laboratorio reveló que el aumento de temperatura de los terminales Push-in era equivalente al de los terminales de tornillo, y en algunos casos, era incluso inferior.
Es fascinante ver cómo el sector de la industria está experimentando un proceso de transformación clave, pudiendo aprovechar y utilizar las nuevas tecnologías y los continuos avances que aparecen en el mercado, como es el caso de los terminales Push-in. Su objetivo no es otro que el de garantizar la seguridad de los armarios de control, además de facilitar la vida a los fabricantes, por lo que intuyo que será una tendencia que seguirá creciendo a lo largo de los próximos años.
Román Cazorla
Responsable del segmento MOEM en Eaton Iberia
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Este artículo aparece publicado en el nº 04 de Metales&Máquinas pág. 7