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El roscado suele ser la última operación a la que se somete la pieza, y puede que el macho se rompa. Por eso son tan importantes la seguridad del proceso y la vida útil predecible en las operaciones de roscado con macho. La siguiente generación de CoroTap 100 y CoroTap 400 de Sandvik Coromant —con un rendimiento optimizado en aluminio— cumple unos requisitos de seguridad del proceso exigentes, ofrece un alto grado de fiabilidad y proporciona una vida útil consistente.
El macho de corte recto CoroTap 100 presenta un redondeado del filo perfeccionado que contribuye a eliminar las rebabas y mejora el acabado superficial. La buena combinación del grosor del núcleo, ángulos de desprendimiento/desahogo y anchura de la faceta proporciona un corte de geometría óptima con una adecuada evacuación de la viruta. Al roscar en agujeros profundos, el chaflán inverso ayuda a mejorar la capacidad de roscado.
Por otro lado, el macho de conformación CoroTap 400 tiene una forma optimizada del lóbulo, desarrollada para mecanizado de aluminio, y un tratamiento superficial con bajo coeficiente de fricción, para alcanzar un acabado superficial uniforme y pulido. Con una longitud de rosca reducida, el macho entra menos en contacto con el material, reduciendo así el consumo de potencia y el par. Además, los agujeros escalonados proporcionan un adecuado caudal de refrigerante en la zona de formación de la rosca y un proceso de formación seguro.
Los procesos de producción tienden a exigir una gran productividad y, al ser el proceso más lento de todos, el roscado con macho puede suponer un cuello de botella. Un bloque de cilindro de aluminio típico, por ejemplo, puede tener hasta 12 roscas diferentes en su estructura.
Robert Smith, mánager de la oferta de mecanizado de agujeros y composites en Sandvik Coromant, ha afirmado: “Ambas geometrías cuentan con los tratamientos superficiales, sustratos y recubrimientos más vanguardistas, permitiendo aplicar mayores datos de corte con una vida útil muy mejorada. Esto resulta en una reducción de sus costes por pieza”.
Los dos machos pueden usarse para agujeros ciegos y pasantes en diferentes tipos de piezas, como bloques de cilindro, culatas, alojamientos para motores eléctricos, alojamientos para transmisiones y bandejas de batería. “Si mecaniza aluminio, ya sea para automoción, e-movilidad o ingeniería general, puede sacar partido a estos machos”, ha indicado Smith.