Revista
El 60% de los suelos contaminados en Europa se debe al impacto de la actividad industrial y a la deficiente eliminación y tratamient
La contaminación del suelo está reconocida internacionalmente como una gran amenaza para la salud humana y la preservación de la biodiversidad del ecosistema. Concretamente, las pérdidas económicas cuantificables se asocian con la reducción de la productividad del suelo y del rendimiento de los cultivos, generando un aumento del uso de agroquímicos y, en definitiva, agua contaminada y alimentos nocivos; así como con la consecuente disminución de la fuerza de trabajo y los ingresos de las poblaciones rurales. En este contexto, TÜV SÜD, propone una serie de medidas preventivas frente a la potencial contaminación del suelo y las aguas subterráneas:
Medidas preventivas de diseño orientadas a prevenir la contaminación del suelo mediante la introducción de pautas de diseño constructivo del foco potencial de contaminación
-Construcción según normativas o normas tipo UNE.
-Uso de materiales adecuados e introducción de elementos de control y seguridad en el diseño de las instalaciones.
-Ubicación de las instalaciones de forma fácilmente inspeccionable permitiendo un correcto mantenimiento.
-Introducción de elementos de control y seguridad en el diseño de las instalaciones.
-Preferencia de diseños cerrados con alto grado de automatización frente a diseños abiertos en donde las actividades manuales son dominantes.
Medidas de defensa para contener una potencial liberación de las sustancias contaminantes
-Pavimentación impermeable resistente a los productos a contener.
-Sistemas de doble contención, con o sin sistemas de detección.
-Confinamiento de partes del proceso que puedan generar salpicaduras y derrames al suelo.
-Sistemas de alarma en caso de fuga por variaciones del nivel de producto.
-Programas de control de las aguas subterráneas y de vapores en suelo para identificar una posible afección por parte de su actividad y para evitar el uso de aguas subterráneas contaminadas mediante sistemas de saneamiento.
-Equipos de contención y absorción para pequeños derrames (bandejas, sepiolitas, mantas absorbentes, etc.).
-Sistemas de drenaje conectados a sistemas de tratamiento de efluentes (separadores de hidrocarburos).
Medidas de gestión y organización de las instalaciones para reducir el riesgo de contaminación mediante la introducción de buenas prácticas
-La aplicación de programas de mantenimiento e inspecciones de las instalaciones se considera como una de las medidas más efectivas para prevenir la contaminación del suelo. Estos programas se deben extender a las propias medidas preventivas y de defensa para asegurar su efectividad.
-Planes de emergencia que deben incorporar actuaciones de contención de fugas y derrames producidos por accidente.
-La formación de los operarios en un aspecto clave dentro de la prevención ya que gran parte de las situaciones que generan contaminación se asocian a fallos humanos.
-Sistemas de inventario y gestión de producto para controlar existencias y detectar posibles pérdidas.
-La implantación de Sistemas de Gestión Ambiental debe identificar posibles puntos con riesgo de contaminación y proponer medidas preventivas y de defensa para reducir el riesgo.
Según Fernando Herrera, Business Unit Manager de la Unidad de Negocio Environmental Service de TÜV SÜD, “el principal papel que pueden ejercer las personas y las organizaciones sobre la calidad del suelo es tomar conciencia de que tanto el suelo como las aguas subterráneas asociadas son un bien escaso que hay que preservar, fuente de vida y desarrollo de un país”. Además, añade, “la evaluación de los potenciales pasivos ambientales asociados a la contaminación del suelo son ya una práctica habitual gracias a la proliferación de normativas ambientales de protección de los suelos y las aguas subterráneas”, aclara.
En este sentido, la población general y las organizaciones e industrias modernas han ido adquiriendo una mayor conciencia ambiental que se está traduciendo en una “mayor y mejor gestión de los residuos y en un aumento del grado de protección del suelo. La economía circular está cada vez más presente y el consumo de productos ecológicos y/o biodegradables sigue ganando terreno, prácticas mucho menos perjudiciales para la calidad de los suelos”, concluye el experto.