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Con el fallecimiento de Manuel Álvarez ayer en Oviedo, se cierra un capítulo importante en la historia industrial del Principado de Asturias, y en especial, de lo que en su día fueron las siderurgias de Ensidesa y Unisa, a cuya fusión contribuyó.
Fue presidente de Uninsa y Ensidesa en los años setenta y fue un pilar básico para asegurar el futuro siderúrgico del Principado.
Llegó a Gijón procedente de Fábrica de Mieres cuando se constituyó Uninsa con el tren BK. Con Miguel Salis y con Rodríguez Castellá, este último presidente, pusieron en marcha la fusión de las dos siderurgias asturianas.